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Cómo elegir un vino

Por Kiwilimón - December 2018
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No dejes que la etiqueta de un vino te intimide. Ahora te explicaremos cómo elegir un vino, para que al entrar a una licorería o al caminar por el pasillo de vinos en el súper mercado no te sientas con estrés con tantas opciones. Entre los nombres de los vinos, los tipos de uva y, por supuesto, los precios puede ser difícil tomar una decisión. Pero, no te preocupes, no necesitas ser un sommelier experimentado para escoger una botella. Aquí te decimos cómo puedes elegir un buen vino:

Identifica los principales tipos de vino. Lo primero que debes saber es que hay cuatro tipos de vinos: tinto, blanco, rosado y espumoso. Dentro de estas categorías hay más clasificaciones, dependiendo del grado de azúcar, taninos o edad del vino. Si no estás muy familiarizado con las variedades del vino, tal vez el factor que más te interese saber es el nivel de azúcar que contiene. Para saber qué tan dulce es un vino fíjate en la etiqueta: seco, semiseco, abocado, semidulce y dulce.

Considera el objetivo de la botella. Obviamente no es lo mismo comprar un vino para preparar un platillo que para brindar. Los vinos de cocina suelen ser mucho más económicos y no requieren mucha complejidad en cuerpo o sabor. Para mezclar o preparar bebidas como el clericot, tampoco se necesita una botella muy sofisticada. Un Cabernet es más que suficiente. Pero si estás pensando en comprar una botella para un evento especial, vale la pena que inviertas en un vino gran reserva (añejado) o un espumoso.

Toma en cuenta la comida de la reunión. La manera más sencilla de maridar los alimentos con el vino
es mediante las similitudes de sabor. Por ejemplo, los platillos ácidos van mejor con vinos con toques ácidos, mientras que los platillos o las preparaciones dulces (por ejemplo, un pastel de chocolate relleno de crema pastelera se acompañan con vinos dulces. En cuanto a los ingredientes principales de la comida puedes guiarte por la ley de toda la vida: las carnes rojas se sirven con vino tinto, y las carneas blancas, con vino blanco.

Recuerda que el precio es solo orientativo. Un vino barato no es necesariamente malo, y un vino caro tampoco es garantía de que sea la mejor elección para tu comida. Por lo general, las botellas de origen chileno o argentino suelen ser de las más económicas, mientras que las que vienen de Europa (Francia o Italia, sobre todo) tienen mayores precios. No te dejes llevar por el precio de la botella y anímate a probar nuevas opciones. Recuerda que hay vinos mexicanos del Valle de Guadalupe (Baja California) y del Valle de Parras (Coahuila) de muy buena calidad que seguramente se encuentran dentro de tu presupuesto.

Déjate llevar por tus gustos. No te preocupes si no logras distinguir el retrogusto al probar un vino. Lo importante es que disfrutes cada copa. Para orientarte al momento de elegir el vino que más se ajuste a tus gustos, puedes tomar en cuenta
esto:

Vinos blancos
Chardonnay: afrutado, pero seco.
Riesling: muy dulce, con intenso sabor a frutas. Más ligero que el Chardonnay.
Sauvignon blanc: seco y ácido con sabores tanto herbales como afrutados.

Vinos tintos
Cabernet Sauvignon: vino con mucho cuerpo con notas herbales.
Merlot: afrutado, muy suave, con menos taninos que el Cabernet.
Pinot noir: delicado y fresco, con aromas afrutados.


Sigue estos pasos para elegir la botella y disfruta tu vino. ¡Salud!