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¡Abrimos o morimos! Suplica la industria restaurantera en México ser declarada como actividad esencial

Por Fernanda Balmaceda - January 2021
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Los restaurantes son parte esencial de la economía en México, generan 5.6 millones de empleos directos e indirectos y trabajan de la mano con una extensa red de proveedores mexicanos, muchos de ellos provenientes del campo.

Tan sólo en 2020, como consecuencia de la crisis sanitaria, en México se perdieron alrededor de medio millón de empleos; mientras que en la Zona Metropolitana del Valle de México se cerraron 13 mil 500 establecimientos de forma definitiva. De acuerdo con la Canirac (Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados), ocho de cada diez restaurantes podrían cerrar sus puertas como consecuencia de esta crisis pandémica.

El efecto económico que ocasionó el cierre de restaurantes en abril del 2020 fue devastador para la industria. Resistieron el permanecer cerrados, sólo con servicio a domicilio, durante casi cuatro meses. Sus esfuerzos fueron titánicos para conservar sus plantillas laborales y solventar sus gastos operativos tales como rentas, contribuciones, impuestos y servicios, sin apoyos gubernamentales.

La anhelada apertura y el retorno a la nueva normalidad exigió aforos controlados (de 30 o 40%) y gastos adicionales para cumplir con las medidas de seguridad y prevención dictaminadas por instituciones mundiales, tales como barreras físicas y artículos de protección para trabajadores, proveedores y clientes.

Así, restaurantes de gran tradición en todo el país bajaron sus cortinas y dijeron adiós para siempre. En Ciudad de México, por citar sólo algunos ejemplos, cerraron: Lampuga Condesa que estaba por cumplir 15 años; la Trattoria Della Casa Nuova, tras hacer felices a comensales del sur de la ciudad por 40 años; Sir Winston Churchill's, con una trayectoria de casi 50 años o La Vaquita, cantina que durante 100 años tuvo sus puertas abiertas en el Centro Histórico.

Restaurantes extintos y muchos más al borde de su extinción. Por este motivo, en la Ciudad de México y el Estado de México, un grupo de 516 restauranteros emitieron el 7 de enero de 2021 un desplegado con el grito de auxilio: ¡Abrir o morir! Tras el nuevo cierre que se instauró a partir del 18 de diciembre de 2020 a la fecha por el semáforo rojo de ambas entidades. “Tan sólo el anuncio del cierre de nuestros establecimientos por tres semanas provocó un incremento de 10% de empleos perdidos a los ya registrados”, declaran.

Incapaces de mantenerse y sin ahorros, solicitaron la declaración de la industria restaurantera como actividad esencial, así como el apoyo a la economía formal y regulación de otras actividades. Señalaron que estudios internacionales han demostrado que los restaurantes, con las medidas de seguridad que tomaron, no son fuente de contagio. Su mensaje es claro: “¡Abrimos o morimos!”.

El día de hoy (8 de enero), la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México anunció el mantenimiento del semáforo rojo con cierre de actividades no esenciales y la condonación del Impuesto Sobre Nóminas para restaurantes.

La realidad es compleja para los restaurantes que han sobrevivido, también para los miles de trabajadores que integran sus equipos de trabajo y la cadena de valor que trabaja con éstos como son verdulerías, panaderías, tortillerías, carnicerías, pollerías, por mencionar algunos.

Esperemos que 2021 no condene a la extinción esta industria mexicana.