El restaurante
Piloncillo y Cascabel, donde se cocina comida ordinaria de una manera extraordinaria, es el claro ejemplo de que
la propuesta gastronómica de la ciudad no necesita ser ostentosa, excéntrica ni complicada para alcanzar la excelencia en cuanto a sabor y calidad.
Conocido por su inventiva culinaria original, sencilla y deliciosa, Piloncillo y Cascabel nace en 2010, de la mano de
Wenceslao Vera e Itzia Rojas, egresados de la Licenciatura en Gastronomía de la Universidad del Claustro de Sor Juana, quienes juntos crearon un paraíso justo tanto para su equipo como para sus proveedores en la Central de Abastos.
La especialidad de
Piloncillo y Cascabel es la
cocina mexicana contemporánea, la cual desmenuzan en un menú de 3 tiempos, diferente cada día, que sólo cuesta $90 pesos y vuela gracias a su sabor y precios accesibles.
Además del menú diario, podemos encontrar desayunos desde $65 pesos, como los irresistibles
chilaquiles con salsa de chapulín, o platos fuertes que no pasan los $100 pesos, como
consomé de hongos con ravioles o el risotto con salmón, sin embargo, mi favorito por siempre es el postre, cuya corona se la lleva el
pastel caliente de chocolate oaxaqueño. Si bien podrían definirse como una fondita bistró gracias a sus deliciosos platillos, la comida de
Piloncillo y Cascabel destaca por ser
creativa pero sencilla, bien hecha y sobre todo, honesta, sin cargos extras ni presunción alguna.
Ubicación: Torres Adalid 1263, colonia Narvarte Poniente, CDMX.
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