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Ceviche, lo curtido, lo fresco, lo rico

Por Mariana Castillo - March 2021
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Al escuchar la palabra “ceviche” tal vez comiences a salivar. Es sinónimo de emoción, de colorido y también de variedad. La época de calor los demanda en las mesas y es que no hay nada como comerse uno para una comida exquisita, rápida y ligera. 

Su universo comienza a explicarse desde indagar en cómo escribirlo, si con “v” o con “b”. Sobre el origen de esta palabra existe una referencia de Javier Pulgar Vidal, historiador peruano, quien asegura que viene de la palabra quechua siwich, la cual significa “pescado fresco” o “pescado tierno”.
Otra explicación es la que da el Centro Virtual Cervantes que explica que este vocablo tiene sus orígenes en el árabe sikbāǧ, que es un método de conservación con ácidos como vinagre o jugo de cítricos, y que otras formas de escribirlo (menos comunes, eso sí) son seviche y sebiche. Lo cierto es que ambas son usadas y correctas, depende del lugar y la costumbre.
Mauricio Ávila, investigador gastronómico, dice que el ceviche en México, en su opinión y desde el enfoque tradicional, es una técnica y no solo un platillo, para el cual es indispensable que se use un cítrico para curtir lo crudo, que puede ser pescado, camarón, langosta, caracol, almeja, entre otros insumos. Y a esto se le añaden, según la región, hierbas, verduras, chiles y salsas —crudas—, sal, entre otros, eso sí: todo fresco. 
Respecto a su origen expresa que hay ciertos mitos, y que si bien se ha vuelto famoso y mediático decir que este viene de Perú, aclara que lo correcto es mencionar que existe gracias a la riqueza que surgió con el intercambio a raíz de los viajes de la Nao de China en el siglo XVI, también llamada el Galeón de Manila y el Galeón de Acapulco.
Estas rutas navieras comerciales y culturales que abrieron los españoles entre América y Filipinas, son las responsables de un sinfín de técnicas, ingredientes y conocimientos originarios de Asia y África. Este hecho también lo señala el Gran Larousse de la Cocina respecto al ceviche y sus posibles inicios.
Además de especias, sedas, marfil, porcelana y más llegaba algo aún más significativo: comerciantes y marineros filipinos chinos, tailandeses, vietnamitas y más, así como esclavos japoneses y africanos, con saberes y sabores que fueron incorporando en las tierras a donde llegaban con los alimentos que traían tales como arroz, limón verde, naranja agria, limas, plátanos, mangos y más. 
Él ha realizado diferentes entrevistas en trabajo de campo alrededor de diferentes regiones como Costa Grande, Costa Chica, Quintana Roo, entre otros, y la constante es que las cocineras y los pescadores sugieren curtir el pescado durante 10 minutos máximo y en el caso de los crustáceos, de 15 a 20 minutos. 
También añade que se debe comer al momento, pues la prontitud y la frescura son sus reglas. Incluso, se prepara en pangas, cayucos o lanchas con la pesca recién sacada pues es parte de la cocina de marineros y las tostadas están asociadas a él ya que esta otra técnica de conservar las tortillas antes de que se echen a perder es común en nuestro país por temas de aprovechamiento y cero desperdicio.
Alma Cervantes, investigadora y cocinera sinaloense, explica que el ceviche en Sinaloa es un platillo fundamental de diario: ya sea que te pares en una carreta callejera para comerlo, acompañado por un agua de cebada, o que lo prepares en casa y lo acompañes con una cerveza, es identidad alimentaria.
El ceviche sinaloense original más consumido lleva limón, pimienta negra molida, a veces ajo, sal de grano, pepino, cebolla morada, jitomate y camarón fresco. Expresa que también se usa mucho el ceviche en salsas negras, que lleva casi lo mismo que el anterior —con excepción de jitomate—, y una mezcla de salsa inglesa, de soya, jugo limón y de naranja, además de chiltepín. Los de jaiba, pulpo, robalo, botete y pargo son otros habituales.
Uno que está desapareciendo y que aún se ve en la parte sur de ese estado es el de camarón seco, narra Alma, ya que está relacionado a una técnica de conservación llamada barcina que consta de una bola hecha con hoja de palma sellada con hilo de caña y que envuelve  al camarón. Este se conserva ahí hasta siete años. Se solía vender en las tiendas de pueblo, pero al cambiar el tipo de comercios, se ve cada vez menos. Álvaro Maldonado es un artesano que aún las hace para conservar este conocimiento. 
Para Rodrigo Estrada de Agua y sal y Yemanyá, el ceviche hoy en día es un platillo emblemático en América Latina que la comunicación y la globalización ha dado a conocer. A él personalmente le entraña el ceviche estilo Acapulco de su infancia —que de acuerdo a Eduardo Palazuelos de Mario Canario y Zibu, lleva salsas Búfalo y cátsup, jitomate, aceite de oliva, pimienta, sal, orégano, aceitunas, cilantro, cebolla, jitomate y limón y puede hacerse con pescado, camarón, pulpo y más—.
Ceviche is the new black, expresa Rodrigo pues es un estilo de comida que atrapa los sentidos por sus notas de acidez y picante que dan ganas de querer más y sobre todo, es un plato sumamente saludable, otra tendencia que hoy en día lo hacen atractivo. 
La creatividad del ceviche en la cocina contemporánea está en sacarle el máximo provecho al sabor de cada pescado y a entender que se pueden incorporar otros elementos no usuales en ellos. Una de sus creaciones es el cebiche a la leña que lleva pesca del día y camarón en salsa de chile rayado, cebolla morada y cilantro acompañado de esquites asados con un toque de sal ahumada de Alderwood.
Este cocinero ha sido viajero y nómada: después de vivir ocho años en San Francisco y haber sido parte del equipo de La Mar, cebichería de Gastón Acurio, afirma que hoy en día existen cinco elementos básicos para crear un ceviche: pescado, limón y otros cítricos, sal —fundamental—, cebolla —incorporada al final para que no pierda su textura— y chiles—incluso, incorporando algunos poco usados en estas preparaciones como el chilhuacle o el puya—.
La leche de tigre es algo que diferencia al peruano del mexicano, así como algunos elementos que lo conforman como la incorporación de granos frescos de maíz choclo o cancha, así como el uso del camote, que para él es un eslabón para hacerlo redondo, cremoso y con notas dulces que le dan otras sutilezas. 
Datos sobre el ceviche:En México existen distintos tipos de ceviche.
Foto de portada: Fernando Gómez Carbajal | Fotos del texto: Mariana Castillo