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De por qué la Guía México Gastronómico 2021 llega en el mejor momento

Por Shadia Asencio - February 2021
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Una industria que marca paso izquierdo, paso derecho al unísono es un milagro que sólo existía en una utopía marxista. El gremio restaurantero en pandemia nos recordó que no es imposible. Cocineros, meseros, periodistas y proveedores decidieron que la mejor lucha es la unidad. En la guerra, la propiedad que pisan los zapatos no alcanza cuando lo inexorable es subsistir. La supervivencia de los restaurantes a todos los niveles ha sido posible desde la construcción de una masa única lo suficientemente grande y fuerte como para combatir a un bicho invisible, a un gobierno que ha hecho poco. No hay lucha más enardecida ni momento más humano que la de verse en el otro.
Claudio Poblete, escritor y director de Culinaria Mexicana y de la guía que esta semana entregó sus condecoraciones –la Guía México Gastronómico 2021–, ha sido uno de los protagonistas de la unificación. Su guía nos llega en el momento correcto. Su selección, en conjunto con la de los miembros del Consejo editorial de votantes, recogió a 278 restaurantes, en vez de 120 como en otros años, para sensibilizar a la sociedad ante una realidad que tomó a todos por parejo. Otras listas premian lugares de cheques costosos o experiencias gourmet. La que edita Poblete en conjunto con Larousse Cocina es un conglomerado democrático de lo que significa comer bien en México. 
Cuando el semáforo cambiante lo permitía, salir a exponer el pellejo debía ser una experiencia trascendente. Cenar en un restaurante dejó de ser un commodity para convertirse en un vuelo en parapente. Había que premiar a aquellos por quienes valió la pena la aventura. Tal es el caso de Máximo, el nuevo spot de Lalo García con nueva locación y renovado concepto. Su valor y calidad le valió el premio al Mejor restaurante de México. A esos, que con toda resiliencia apechugaron más fuerte, se les reconoció igualmente.
La guía toca cada tonalidad del arcoíris restaurantero nacional: los de toda la vida, como los Panchos en CDMX, o Los Curricanes en Tampico; los tradicionales, como La Teca en Oaxaca; los de bulla hipsterosa, como Elly’s en CDMX, o Cara de Vaca en Monterrey; los de hotel, como Ha’; y hasta los de autor, como Alcalde en Guadalajara o Maizal en Puebla. 
Y claro, como en la pandemia la frase “salir a comer” tuvo que resignificarse hasta los huesos, el hogar particular se convirtió en el terreno por conquistar de los grandes chefs. Algunos proyectos surgieron en locaciones sin interiorismo, sin comedor siquiera, –las llamadas dark kitchens– para que los platos emblemáticos llegaran a la puerta de uno. Qué meses aquellos de no poner un pie fuera y esperar contacto con el exterior a través de un bocado. Bajo esa premisa la guía reconoce la labor de Gaby Ruiz con Siempre Carmela, o de Salvador Orozco con Mi Compa Chava.
Los proveedores no se quedaron atrás. Distribuidores de alimentos propusieron, enfilaron y nos dieron razones para sonreír. De Maizajo, propiedad de Santiago Muñoz y Gerardo Vázquez Lugo, se reconoció el hacer del nixtamal y la selección del mejor maíz criollo. De De Garo Ja Mat se premió que el fruto de mar de temporada llegara a casa desde la Baja con tan sólo apretar el botón de “comprar”. 
Los personajes fueron al final los héroes de la guía. Mar Castillo, próxima colaboradora de Kiwilimón, fue nombrada por unanimidad como la Periodista del año mientras que los cocineros Aquiles Chávez, Benito Molina, Solange Muris, Elena Reygadas, Juan Emilio Villaseñor y Jorge Vallejo fueron nombrados Chefs del año. Su ejemplo inspiró a la industria a hacer una restauración impecable cuando era vital poner al plato un poco de alegría, cuando era urgente izar la bandera del gremio y ser voz.
Las razones para reír pendulearon el año pasado. El virus nos enseñó que hay que valorar los placeres que antes nos parecían lugar común. Esta guía reconoce que aquello que llamábamos superfluo en años anteriores puede ser conexión con la vida. Aquello que nos hizo contactar con frecuencias más altas, tocar nuestra humanidad, tenía que aplaudirse, ponerse bajo el luminoso reflector del “Gracias”.