En el inacabable mundo de las dietas hay muchos mitos y leyendas, también hay trucos escondidos que por obvios que parezcan, no todo el mundo conoce.
Nos referimos, por ejemplo, a tus tiempo de comida que, resulta, son tan o más importantes que lo que consumes cuando estás tratando de bajar de peso.
Te preguntarás cómo es posible, pues hoy te decimos todo sobre la importancia de tus horarios alimenticios.
Lo que hay que entender es que el metabolismo del cuerpo está regulado por un reloj biológico dentro de cada persona.
Así, cuando la gente come fuera de sus horas de comida, el reloj se desbalancea y altera el metabolismo. Esto no sólo aumenta el riesgo de padecer obesidad, sino también de enfermedades crónicas como la diabetes.
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Los hallazgos de la investigación del Instituto Weizmann de Ciencias sugieren que el mejor momento para ingerir alimentos por la mañana es cuatro horas después del amanecer, pues en ese instante es cuando más azúcar y grasa el cuerpo tiene la habilidad de quemar.
Después de esa hora se propone comer cada cuatro horas, la primera siendo una comida contundente con todos los grupos alimenticios, seguida de una colación pequeña a media tarde y terminando con una cena ligera de fruta, verdura o proteína no grasa.
La investigación reveló que estos “relojes biológicos” existen tanto en los humanos como en los animales, las plantas y las bacterias y que si conociéramos más sobre su temporalidad exacta podríamos cambiar nuestras dietas para beneficiar al cuerpo y prevenir enfermedades.
Lo interesante es que al obedecer estos horarios para comer estamos consumiendo alimentos en los momentos en los que nuestro cuerpo mejor quema grasas y azúcares así que, sin siquiera cambiar tu dieta, empiezas a bajar de peso por el simple hecho de trabajar con tu cuerpo y no en su contra.