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Platillos y bebidas mexicanas que nacieron en la frontera norte

Por Sofía Danis - October 2021
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La gastronomía mexicana, mundialmente reconocida por sus preparaciones ancestrales, cientos de recetas memorables y un sinfín de platillos tradicionales, es motivo de orgullo para todos los mexicanos. Hoy en día, existen más de una docena de platillos y bebidas mexicanas que se encuentran firmemente arraigados en la culinaria internacional y que orgullosamente fueron creados en nuestro país, pero hoy nos limitaremos a explorar la historia de aquellos que surgieron específicamente en la frontera norte.

La ensalada césar y su icónico aderezo


Sin lugar a dudas, la ensalada césar es uno de los platillos más populares en restaurantes y hogares alrededor del mundo, pero no todos saben que esta famosa ensalada fue inventada en Tijuana, Baja California, en el restaurante del Caesar’s Hotel en 1924.

El 4 de julio, multitudes de estadounidenses cruzaron la frontera para festejar el día de la independencia de su país y abarrotaron restaurantes y bares del centro de Tijuana. El alojamiento de los hermanos italianos Caesar y Alessandro Cardini no fue la excepción y conforme fueron pasando las horas en la alacena del Caesar’s Hotel sólo quedaron algunos huevos, anchoas, pan viejo, lechuga orejona, queso Parmesano, ajo, salsa inglesa, aceite de oliva, limón y pimienta. Ante la desesperación de servir a los hambrientos comensales, Alessandro Cardini improvisó con esos pocos ingredientes una ensalada y un inigualable aderezo para aliñarla. Alessandro, quién había sido piloto del ejército italiano, le dio el nombre de ensalada aviador, pero años más tarde sería conocida como ensalada césar en honor al hotel de los hermanos Cardini.



Hoy en día, el mítico Caesar’s Hotel continúa sirviendo la ensalada césar de la misma manera en que fue servida aquel día, en largas y firmes hojas de lechuga orejona aliñadas con el icónico aderezo y que transportan crujientes crotones a cada mordida.

La margarita, cóctel mexicano hecho con tequila


Existen al menos siete versiones en torno al origen de este refrescante cóctel hecho a base de tequila, pero la más convincente se remonta a los años cuarenta en la Cantina Hussong ubicada en Ensenada, Baja California. Una noche, un camarero llamado Carlos Orozco quedó embelesado por la belleza de una mujer que se encontraba en la cantina, por lo que le ofreció servirle un cóctel de su autoría. La mujer accedió, así que el creativo camarero preparó un cóctel sencillo con tequila, hielo, limón y sal. Fascinada por el sabor de la bebida, la mujer le preguntó al camarero el nombre del novedoso cóctel. Éste, a su vez, le preguntó su nombre a la bella mujer, quién se presentó como Margarita Henkel, hija del embajador alemán. En ese momento, Carlos Orozco anunció que la singular bebida llevaría por nombre margarita. Actualmente, existen un sinnúmero de variantes del singular cóctel mexicano hecho a base de tequila.

Los nachos, crujientes totopos, queso derretido y jalapeño


Ah, los nachos, crujientes totopos bañados con queso derretido y rebanadas de jalapeño. La historia de este delicioso platillo nos lleva al famoso Club Victoria, en Piedras Negras, Coahuila. En 1943, un grupo de mujeres estadounidenses, esposas de soldados comisionados de la base aérea del ejército Eagle Pass, decidieron comer en el famoso club. Al no encontrar al chef, el Maître d' Ignacio García decidió improvisar un platillo compuesto de totopos bañados con queso Wisconsin derretido y algunas rebanadas de jalapeño para el deleite de las mujeres extranjeras. En tan sólo un par de días se había corrido la voz acerca de este delicioso platillo bautizado como Nachos especialesNacho, en honor al popular apodo que se les da a las personas que se llaman Ignacio—, mismos que eventualmente formaron parte del menú del Club Victoria. En la actualidad, existen un sinnúmero de variedades de nachos con distintos quesos y diversos acompañamientos para deleite de mexicanos y extranjeros.

El clamato, el famoso “curacrudas” mexicano


La historia nos sitúa en el Bar Acueducto del Hotel Lucerna Mexicali ubicado en Baja California, en el año de 1966, cuando un cliente asiduo pidió un jugo de tomate para tratar de aliviar su resaca. En esa ocasión, el jugo de tomate no fue suficiente, por lo que el cliente pidió que le agregaran algo para potencializar el ya conocido remedio. Los baristas mezclaron el jugo de tomate con jugo de abulón, limón, sal y diferentes salsas resultando en un trago picante, salado y muy refrescante que curaría la insoportable resaca del cliente en cuestión de minutos.

Con el paso del tiempo, el jugo del abulón se comenzó a sustituir por la salmuera de una lata de almejas, haciendo el trago mucho más accesible a los comensales y popularizándolo como clamato—anglicismo proveniente de clam por almeja y tomato por jitomate. Actualmente, el clamato se prepara con jugo de tomate, salmuera de almejas, limón, sal, una mezcla de salsas y se adorna con bastones de apio.

La peculiar pizza mexicana


¿Quién diría que una pizza con salsa de frijoles, tocino, chorizo, chiles jalapeños y pimiento rojo sería un rotundo éxito en México y en los Estados Unidos? La historia de la peculiar pizza mexicana nos sitúa en un pequeño negocio llamado Pizzas Giuseppis ubicado en Agua Caliente, Tijuana, Baja California. En 1970 y a tan sólo un año de su inauguración, Juan José Plascencia creó una pizza con sabores muy mexicanos que se popularizaría a lo largo y ancho del país y que incluso se volvería un sabor de pizza icónico del otro lado de la frontera. Hoy en día, la pizza mexicana es tan popular que las grandes cadenas de comida incluyen a esta peculiar pizza en su carta.


La popular chabela, clamato con cerveza


La popular fusión del clamato con cerveza no pudo haber surgido en otro lugar que no fuera Mexicali, Baja California. Esta historia nos traslada a La Conga Bar en el año de 1972, cuando a José Angulo, dueño del conocido bar, se le ocurrió combinar el popular clamato con una cerveza bien fría, limón y sal con chile seco en polvo escarchado y que eventualmente comenzó a ofrecer el nuevo trago en una pesada copa coloquialmente conocida como copa Chabela. Con el tiempo, el clamato con cerveza se popularizó como otro efectivo remedio para la cruda y actualmente se consume en todo el país con distintos nombres como chabela en Baja California; ojo rojo en Yucatán; clamacheve en Coahuila; cielo rojo en Guanajuato; gringa en Aguascalientes y michelada con clamato en Colima y Jalisco.

No cabe duda de que tanto ingredientes como platillos y bebidas mexicanas han enriquecido la gastronomía de distintas culturas a nivel mundial, a tal grado de que hoy en día es posible encontrar sabores y referentes culinarios mexicanos sin importar en dónde estés.