Todos conocemos el arte de la
talavera. Es aquel patrón colorido que embellece platos, tazas y jarrones, usualmente de color azul, aunque puede varias. Las
vajillas de talavera son joyas preciadas que engalanan mesas de hogares y restaurante en ocasiones, sobre todo durante las fiestas patrias, aunque no se limite a este mes.
Solemos asumir que la talavera es 100% mexicana y que únicamente es producida por artesanos de
Puebla y
Tlaxcala, pero en realidad llegó a México después de la colonización. La tradicional técnica surgió a mediados del siglo XVI y aún está viva gracias a los talentosos artesanos.
Aunque hoy en día podemos encontrar vajillas de todos materiales y precios, la talavera se ha convertido en una forma de arte viviente, la cual ha trascendido el tiempo, pues en 2019, la UNESCO declaro la talavera producida en México y España como
Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Si quieres conocer más sobre la talavera, ¡no te pierdas esta nota de kiwilimón!
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Según información publicada por la
Secretaría de Economía, la
talavera es un tipo de loza cuya “manufactura se remonta al siglo XVI. Los colores empleados en su decoración son el azul, amarillo, negro, verde, naranja y malva. Cada pieza es hecha a mano en torno, y el vidriado contiene estaño y plomo, como son elaboradas desde la época virreinal”.
En México, la auténtica talavera está protegida por una
denominación de origen desde 1995, por lo que si estás en busca de una de estas piezas, fíjate que provenga de San Pablo del Monte, Tlaxcala, y Atlixco, Puebla, Cholula y Tecali de Herrera, en el estado de Puebla.
Uno de los ejemplos más impresionantes de talavera es la famosa
Casa de los Azulejos, ubicado en la Ciudad de México, pero además de los azulejos, la talavera también se plasma en todo tipo de utensilios como platos, tazas, floreros, macetas y más.
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En 2019, la
UNESCO reconoció la
talavera mexicana y española como parte del patrimonio cultural de la humanidad, debido a que su creación conlleva “conocimientos transmitidos de generación en generación, que han tenido constancia en una comunidad específica, que los identifica como parte de su patrimonio e identidad”.
Además de ser una fuente de ingresos para comunidades pequeñas, la talavera también es un tipo de arte muy exigente, ya que “el conocimiento y las habilidades relacionadas con la práctica cultural incluyen la preparación de la arcilla, la elaboración de la loza, la decoración, la preparación de pigmentos de manera natural y el manejo del horno, lo que requiere de una gran experiencia”.
Aunque hoy en día el
mole poblano y los
chiles en nogada se sirven en hermosos platones de talavera, la
Secretaría de Cultura explica que este tipo de
cerámica tiene sus orígenes en Egipto y Persia, para después llegar a Marruecos y, finalmente, a España. Una vez que la talavera llegó a Europa, se vio influenciada por técnicas provenientes de Italia, Holanda y Portugal. Así que al final, la talavera es el ejemplo perfecto de intercambio cultural, al igual que muchas joyas de la cocina mexicana.
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