Desde hace miles de años diversas plantas y vegetales han desarrollado moléculas de una sustancia llamada capsaicina como mecanismo de defensa. Esa sustancia funcionaría como repelente contra predadores, pero no tomaron en cuenta que llegaríamos los mexicanos no sólo a controlar el picor, sino a adorarlo. El picante nos gusta por su sabor y la sensación que provoca pero hay varias razones más por las que somos adictos al chile. Hoy te platicamos algunas.
Cuando nuestro cerebro registra los mensajes de ardor y dolor responde con la liberación de sus analgésicos naturales, las endorfinas. Esencialmente, la morfina natural del cuerpo que nos produce placer y tranquilidad.
Las sensaciones dolorosas causadas por el chile resultan en la liberación de dopamina, sustancia conocida como placer químico.
Cuando uno come chile los químicos activan ciertas partes del cerebro que están relacionadas con el dolor y el placer, estas zonas determinan la motivación y el deseo, y de hecho están muy involucradas con las adicciones.
El chile es uno de los únicos ingredientes afrodisiacos que en verdad producen placer físico por si mismos, aumentan el ritmo cardiaco y provocan transpiración. Ni siquiera el chocolate es tan efectivo.
El chile dentro de todo el dolor que puede provocar también conlleva un sinfín de vitaminas donde destaca la vitamina C y también está lleno de antioxidantes que ayudan a retrasar el envejecimiento.
Si ya se te antojó enchilarte un poco, aquí te dejamos algunas recetas ideales para sudar placenteramente:
Pechugas en chile pasilla
Salsa de chiles verdes
Alitas buffalo horneadas
Salsa borracha con cerveza
Spaghetti con salsa de guajillo y camarones