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Antojitos y vino mexicano, el maridaje perfecto

Por Shadia Asencio - September 2020
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La noche le da un toque nostálgico al Centro Histórico de la Ciudad de México. A las calles las iluminan los reflectores de las iglesias y las luces amarillas de los puestos trasnochados. En Bolívar, casi esquina con República del Salvador, hay un fulgor más brillante que los otros. Es el de Los Cocuyos, legado culinario del ombligo de México. “Deme dos campechanos”, le digo a mi taquero, tratando de guardar la línea. De tomar pido agua porque traigo un vasito con vino mexicano para acompañar mis tacos de lengua y longaniza. No es que no me guste el Boing de guayaba, es que el vino potencia bien los sabores de la carne frita, el maíz y la salsa roja –mi favorita– de este puesto con poco más de 50 años.

Eso de que el vino sólo va en las mesas elegantes es fantasía. El maridaje le da watts a casi cualquier comida (digo “casi” porque no es fácil encontrar el vino ideal para sopas y caldos o guisos a base de jitomate). El chiste de unir el jugo fermentado de la uva con comida es hacer brillar a ambos; sacar a relucir lo bello de uno con lo sabroso de otro, en un bocado.

En general las reglas del maridaje entre los antojitos y el vino mexicano son las básicas. Si no quieres complicaciones, lo mejor es elegir un vino blanco para la garnacha sin carne o con pescado (como los tacos estilo Baja), y vino tinto para lo que tenga carne. Las carnes magras disfrútalas junto a tintos jóvenes y las carnes de sabores concentrados, junto a vinos de mayor complejidad. Si lo que buscas es apaciguar el picor y resaltar el guiso de los platillos condimentados como los chiles en nogada o las enchiladas mineras busca un rosado.

Otra regla puede ser la del color. Aunque no lo creas, puedes elegir tu vino en base a los colores de tu antojito. ¿Qué tal unas quesadillas fritas –de queso, al estilo “Todos menos CDMX”– con un vinito blanco? Uy, no se pierdan las rosadas carnitas de cerdo o de atún con un rosé, ni la comida oscura, como el mole, con un tinto.

Mi regla favorita sin embargo es la de optar por vinos de la misma región que los platillos. Casi nunca va mal; cada ecosistema biológico y social está conectado. No hay mejor amigo de la pizza o la pasta que los vinos italianos, así como de la garnacha y el antojito, lo son los vinos mexicanos. Pero como dicen: en gustos se rompen géneros.

Este quince de septiembre te invito a experimentar, a probar con tus propias reglas. Si te da miedito o simplemente quieres gozar sin curiosear te dejo algunos maridajes ganadores entre vinos mexicanos y antojitos, garnachas y comida callejera. Seguro los vas a disfrutar, siempre y cuando los apliques con medida.

Tacos al pastor y Vinaltura rosé
Nada acompaña mejor al taco predilecto de chilangolandia que este rosado elaborado con uvas queretanas de tempranillo y syrah. Destacarás el sabor de la carne especiada sin perder acidez ni estructura.

Barbacoa dominical y Norte 32 etiqueta blanca
La carne de borrego hecha al hoyo por largas horas merece un acompañamiento con acidez y una estructura que no se pierda tras el fuerte sabor del cordero. Este 100% cabernet le irá al hilo.

Taco de chile relleno y Arrebato tinto
Me gusta lo que hacen uvas como la syrah, la petit syrah y el cabernet con lo picante del chile. Eso sí, que venga relleno de carne molida para que el vino no sobresalga demasiado.

Tacos de lengua y Ala rota
Picadita o entera, los tacos de lengua son textura y sabor asegurados. Junto a esta mezcla expresiva y especiada de cabernet y petit syrah, se convierten en un manjar.

Tostadas de tinga de pollo y Forza
El hit número uno de los quinces de septiembre merece estar bien acompañado. Esta mezcla de merlot y cabernet sauvignon de la bodega Concierto Enológico no opacará su sutil encanto.

Huarache de bistec en salsa y Montefiori Cabernet Montepulciano
La res, la salsa y el maíz ya son una combinación ganadora. Y si además se le añade este cabernet montepulciano ligero y de buena acidez, todos los elementos resaltarán.

Pambazos y Entrelíneas
La malbec, la nebbiolo y la syrah de terruños hidrocálidos le dan soporte a la grasa del pan y al chorizo. ¡El resultado será el mejor pambazo que te has comido!

Tacos de costillita y Plata .925
El carbón es el ingrediente esencial de los tacos de costilla. Junto con la salsa y el limón cantarán al mismo son que los tostados de este tempranillo, grenache y syrah de la familia Plata Chavarría.

Cochinita pibil y El Cielo Selene
El plato insignia de la cocina yucateca se caracteriza por los sabores especiados y cítricos; destácalos con la frutalidad y frescura de este vino rosado hecho con grenache y syrah.