Cuenta la leyenda que el plato surgió en una gran nevada, cuando unos pastores no tenían para comer nada más que patatas y unas raspas de bacalao. Cocieron las patatas con el bacalao y las machacaron mezclándolo con las chullas sin espinas, pero al ver que no era suficiente empezaron a echar aceite de oliva y removerlo con el mortero. La mezcla engordó y se pegaron una comilona tal que al acabar dijeron "esto harta hasta las burras" y de ahí el nombre.
Es un plato tradicional de la sierra y se suele comer cuando caen las primeras nieves, incluso se dice que para que salgan buenos buenos, debe usarse nieve derretida para cocerlo. Las exquisitas y pequeñas nueces de la sierra se añaden para adornar y completar un plato nutritivo. Como casi todos los platos de campo, es mejor no usar platos y comer directamente del mortero.