Puede que no seas una experta en repostería, pero aunque ya hayas horneado antes, a veces el resultado te deja preguntándote ¿¡que diablos estoy haciendo mal y por qué me quedan duras las galletas?!
A pesar de tener una receta muy sencilla, las
galletas suelen ser uno de los alimentos que más complicados nos resultan a la hora de hacerlos, porque en su paso a paso, necesitamos encontrar el equilibrio perfecto para que no queden demasiado gruesas, o demasiado pastelosas o muy duras.
Para sabe qué salió mal con tus galletas, tienes que fijarte en varias cosas, por ejemplo, la consistencia de las galletas o de la masa antes de hornearlas. Así, entre los errores más comunes al hacer galletas se encuentra no agregar suficiente harina o usar demasiada; usar una cantidad mayor de huevos o incluso de azúcar… Y más que enlistamos a continuación:
- Usar polvo de hornear en lugar de bicarbonato de sodio
- Mezclar todos los ingredientes al mismo tiempo en lugar de seguir las instrucciones paso a paso
- Agregar huevos extra
- Olvidar los huevos por completo
- Embutir la harina y usar demasiada
- No usar suficiente harina
- Batir en exceso la masa
- Usando demasiada mantequilla
- No usar suficiente mantequilla
- No usar suficiente azúcar
¿Por qué me quedan duras las galletas?
Cuando horneas galletas y te quedan duras, lo más seguro es que hayas caído en dos de los errores más comunes: te faltó mantequilla o no usaste suficiente harina.
Algunas galletas son crujientes y de consistencia más dura, pero otras, como las de
chispas de chocolate o
avena, pueden ser suaves o crujientes. El secreto para lograr una textura esponjosa en lugar de una textura delgada y crujiente está en la humedad.
Por ejemplo, formar las galletas en montículos altos en lugar de aplanarlas con la palma de la mano y cocinarlas por un minuto o dos ayudará a retener densidad y las hará más suaves. Para agregar más humedad a la masa, puedes hacerlo en forma de mantequilla adicional, yemas de huevo o azúcar morena, esto hará queden aún más suaves.
Para hacer las
galletas más suaves, puedes agregar de 2 a 4 cucharadas de mantequilla ablandada, o 1/4 taza de azúcar a la masa.
Cuando usas poca harina, las galletas salen planas, marrones, crujientes, frágiles y grasientas; además, se cocinan mucho más rápido.
El resultado son galletas duras y frágiles, igual que cuando usas mantequilla demasiado suave o ligeramente derretida a la masa también puede dar como resultado galletas planas. La solución fácil es agregar más harina a la masa, poco a poco, hasta que la mezcla se pegue bien a la batidora.
Prueba con estas pequeñas modificaciones en tus recetas de galletas, porque sólo a prueba y error encontrarás la forma perfecta de hacer galletas que no te queden duras.
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