Hace unos días
El País hizo una recopilación de algunos estudios que hablan sobre
cosas que nos engordan y que no teníamos ni idea.
Queremos compartirles algunos de ellos ya que enero es el mes en el que todos (o así debería ser) prestamos mayor atención a nuestra alimentación
para bajar aquellos kilitos que adquirimos durante las fiestas decembrinas.
Presten mucha atención y reflexionen si es lo que a ustedes les está afectando.
1. No asistir a las comidas familiares
Aunque no se lleven bien con ellos tienen que saber que hacer un par de visitas a la semana a la familia
puede ayudar a evitar la obesidad y el sobrepeso, esto debido a que durante las comidas familiares
los alimentos suelen ser un poco más saludables y se establecen conexiones emocionales entre los miembros de la familia, de acuerdo con un estudio de las universidades de Minnesota y de Columbia en Estados Unidos publicado en
Journal of Pediatrics.
Esto resulta muy útil para a
dolescentes y niños ya que ayuda a prevenir la obesidad cuando lleguen a ser adultos.
2. Los restaurantes con música clásica
Es importante saber que a pesar de que las sonatas suelen ser muy buenas compañeras de las cenas románticas
este tipo de música nos invita a comer más. En un estudio británico realizado por las universidades
Leicester y Surrey Roehampton se ha comprobado que
en los lugares donde hay música clásica de fondo las personas suelen comer mucho más a comparación de aquellos que tienen otros tipos de melodías.
3. Consumir productos light
Aunque parezca contradictorio, la conclusión de un estudio publicado en el Scandinavian Journal of Primary Health Care es que
el consumo de lácteos ricos en grasa está relacionado con
un menor riesgo de desarrollar obesidad central.
El nutricionista Walter Willett, de la
Escuela de Salud pública de Harvard, explica qu
e los ácidos grasos de los lácteos tienen un efecto adicional
en la regulación del peso y que los productos que tienen toda la grasa son más saciantes por lo que
se ingiere una menor cantidad.
De igual forma, la nutricionista Natalia Galán, del Servicio de Promoción de la Salud de Sanitas, explicó: “
Los productos light no siempre ayudan a adelgazar, pues que tengan un 30% menos calorías que el producto inicial no es sinónimo de que no vaya a engordar. Muchos se anuncian como light y
tienen más calorías que los que no lo son“.
4. Las bacterias instestinales
Tal vez el problema de su sobrepeso se encuentre en el intestino. Aquellas personas que tienen entre los millones de microorganismos alojados en su aparato digestivo
las bacterias de la familia Christensenellaceae tienen una razón más para sonreír, ya que acuerdo con un estudio de
Cell protegen el aumento de peso.
Aunque este microorganismo es heredado, su hallazgo puede permitir
el diseño de tratamientos probióticos personalizados contra la obesidad.
5. La depresión y la ansiedad
La tercera parte de las personas que se estresan
tienden a perder el apetito y adelgazar, pero más de la mitad, por el contrario,
reacciona al estrés comiendo alimentos muy apetitosos, ricos en azúcares y grasas, esto debido a que
el centro de recompensa que tenemos en el cerebro se activa con este tipo de comida. Aunado a esto, el cortisol, la hormona del estrés sensibiliza ese sistema de recompensa y se
favorece la ingesta compulsiva de alimentos muy calóricos.
Rubén Bravo, director del Departamento de Nutrición del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (
IMEO), afirma: “Ansiedad y estrés son dos situaciones que se repiten con frecuencia en nuestras consultas. Los problemas económicos y laborales
conducen a buscar la felicidad en la comida, y especialmente en dulces, que palían la agitación”.
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