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8 señales de que estás haciendo bien las cosas en tu vida

Por Kiwilimón - March 2017
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  [tps_header] ¿Quién no ha sentido alguna vez ganas de llorar por estar exhausta? Los compromisos y las responsabilidades pueden llegar a ser abrumadores y, entre tanto ajetreo, es normal que de vez en cuando nos cuestionemos si lo que estamos haciendo está bien. Equilibrar la vida personal con el desarrollo profesional, mientras se cuida la salud, no es cosa fácil. Si alguna vez te ha ganado el cansancio y te has preguntado si todo ese sacrificio vale la pena, no te preocupes. No eres la única que vive con esa interrogante. Para descubrir si estás haciendo bien las cosas no es necesario que pasen años; puedes saberlo si reconoces estas señales en tu vida: [/tps_header]   [tps_title][/tps_title]

Disfrutas lo que haces.

via GIPHY Ya sea en tu trabajo o en tu vida personal. Has aprendido que la felicidad no depende de una circunstancia ajena a ti. Tal vez no tengas el trabajo de tus sueños, pero disfrutas lo que tienes en este momento. [tps_title][/tps_title]

Soltera o acompañada, eres feliz.

via GIPHY Al igual que en el campo laboral, no permites que situaciones hipotéticas o circunstancias del pasado condicionen tu felicidad en el presente. Como una buena mujer madura, has aprendido a reconocer y disfrutar las ventajas de cada situación. [tps_title][/tps_title]

No buscas pretextos o culpables.

via GIPHY Has dejado atrás los tiempos en los que buscabas una excusa para dejar de hacer algo y, en cambio, ahora buscas las herramientas para enfrentar los retos de manera inteligente. De igual manera, has aprendido a hacerte responsable de tus propias decisiones, sin culpar a otros por tus acciones. [tps_title][/tps_title]

Organizas tus finanzas.

via GIPHY Esta es una pieza clave, ya que el éxito no se basa en la cantidad de ceros de tu cheque mensual, sino en el uso que le des a ese dinero. Cuando planificas tus gastos y logras llegar a fin de mes sin problemas, sabes que las cosas van bien. [tps_title][/tps_title]

No buscas reconocimiento.

via GIPHY Ya no te importa recibir felicitaciones por tu trabajo ni estás esperando una ovación cada vez que haces algo bien. Aunque nunca está demás una buena retroalimentación, ya no haces las cosas buscando el reconocimiento de tu familia o compañeros. [tps_title][/tps_title]

Te has olvidado del drama.

via GIPHY Los gritos, las peleas tele novelescas y las relaciones tormentosas (tanto en el trabajo como a nivel personal) ya no son parte de tu vida. Simplemente ya no necesitas nada de eso. Ahora buscas rodearte de personas que te ayuden a crecer y que aporten elementos sanos y agradables a la relación. [tps_title][/tps_title]

Haces algo más que solo trabajar.

via GIPHY Aunque el compromiso laboral es necesario, dedicarse exclusivamente al trabajo no es sano. Después de mucho intentar equilibrar los diferentes aspectos de tu vida, finalmente has logrado empatar tu trabajo con tus intereses personales y tus relaciones. [tps_title][/tps_title]

Admiras y ayudas a otras personas.

via GIPHY En lugar de envidiar y criticar el éxito de otras personas, te alegras y buscas la manera de apoyar a más personas. Una persona segura de sí misma no procura su propio bienestar a costa del de otros, al contrario, quiere ayudar a los demás para que también sean felices.   [tps_footer] La próxima vez que te sientas exhausta y con ganas de dejar todo, recuerda que vas por buen camino. Los sacrificios de hoy darán frutos mañana, pero solo si sigues adelante podrás disfrutarlos.   [/tps_footer]